Mensaje al Consejo Nacional del PAN

Agosto 11, 2012

Secretaria general, Cecilia Romero.

Estimados Coordinadores parlamentarios, José González Morfín y Carlos Alberto Pérez Cuevas

Estimada Guadalupe Suárez, Secretaria de Promoción Política de la Mujer.

Estimada Laura Rojas, Coordinadora de Diputados Locales.

Estimadas Consejeras y Consejeros nacionales.

A nombre del Comité Ejecutivo Nacional les doy la más cordial bienvenida, les agradezco su asistencia a esta reunión ordinaria.

Nuestro partido vive momentos muy graves y complejos que nos exigirán a todos hacer uso de nuestras mejores capacidades y actitudes. Yo sé, estoy seguro, que lo lograremos.

Todo el mundo tropezamos, todo el mundo tenemos caídas. Lo que nos distingue a cada uno es nuestra capacidad de reacción y la actitud con la que asumimos frente a las adversidades que nos toca enfrentar.

En el PAN vivimos efectivamente un momento muy crítico, por el cambio que significará perder la Presidencia de la República y el gobierno de dos entidades federales. Pero estoy convencido de que nuestros principios y nuestros valores nutrirán nuestra fortaleza y ánimo, y sabremos enfrentarnos con actitud magnánima.

El resultado que tuvimos no se explica con un solo factor y es importante que más que buscar culpables seamos capaces de encontrar las verdaderas razones y los profundos entendimientos que nos permitan seguir siendo un partido fuerte y eficaz para la transformación de México.

Yo quiero agradecerles a todos los candidatos y a todos sus equipos, que trabajaron entregando su mejor esfuerzo, y de manera muy particular quiero agradecer a Josefina Vázquez Mota, quien entregó en esta campaña alma, vida y corazón.

Desde aquí le hacemos un merecido reconocimiento a su valentía y a su arrojo. El reconocimiento de Josefina como nuestra primera candidata mujer a la Presidencia, también es un reconocimiento a todas las mujeres candidatas: Muchas gracias.

Quiero agradecerle también a los 13 millones de electores que siguen confiando en Acción Nacional, que siguen confiando en nosotros como el mejor partido que tenemos los ciudadanos para construir un mejor futuro y que esperan todos ellos que sigamos fuerte y adelante.

En este momento que vivimos, reclama que hagamos acopio de nuestros arrestos, de esa visión superior, de esa visión trascendente, de nuestra acción política y hacerlo en unidad, que la unidad sea la condición primaria de nuestra conducta, porque unidos lo hacemos mejor.

Para algunos la gravedad de este momento la provoca el resultado electoral que acabamos de tener; para otros, la causa es la pérdida de la identidad y la diferenciación de nuestro partido y de nuestros gobiernos.

Para otros, la preocupación básica está en la pérdida de oportunidad de ejercer el poder sin haber llegado a desmantelar el viejo sistema político.

En los días posteriores, a la jornada electoral, se han detonado un sinnúmero de ejercicios de reflexión y análisis de la situación que guarda nuestro partido. Sobre la ruta que debemos tomar para poder seguir siendo ese partido humanista. Notorios los cambios, de los cambios democráticos y de la democratización, modernización de nuestro País.

Quiero agradecer a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, a los ex presidentes nacionales del Partido, a los presidentes de los comités directivos  estatales, a los diputados federales, a los senadores y a todos los panistas en general, que han sabido convertir su preocupación en reflexión, en debate y en acción.

Sin duda alguna, hemos cometido errores tanto en el partido, en la campaña, como en el gobierno. Por eso, pienso que enfocar el esfuerzo de la reflexión solamente a una apresurada reforma de estatutos, puede representar una visión trunca o “cortoplacista”.

A partir del reconocimiento de la existencia de posiciones distintas, sobre temas tan importantes, como los que aquí abordaremos, yo quiero agradecer al presidente Felipe Calderón por su disposición para encontrar mejores entendimientos entre todos nosotros.

Ni catastrofismos, ni parálisis, ni complacencia.

Dado que las razones que explica nuestra actual situación es multifactorial, he sugerido que realicemos un ejercicio que abarque también cuatro niveles de reflexión:

Una reflexión sustantiva, esto es sobre nuestra identidad, sobre nuestros valores y cómo articularlos e una narrativa contemporánea, una narrativa capaz de motivar y convencer a los ciudadanos, tanto por nuestra argumentación, como por nuestra congruencia.

Una reflexión funcional, que nos permita mejorar la forma en que afiliamos a nuestros militantes, la forma en que elegimos a nuestros candidatos y dirigentes; y la forma cómo nos vinculamos con nuestros gobiernos y cómo trabajamos con los ciudadanos.

Una reflexión programática, que nos permita retomar la agenda democratizadora como un concepto rector de nuestra acción política.

Y por último, una reflexión de nuestras estrategias electorales, que nos permita identificar las oportunidades para mejorar nuestra competitividad electoral.

Estás cuatro reflexiones deben cumplir cuatro requisitos: que sea democrática, esto es, que incorpore a toda la militancia.  Que sea incluyente, que incorpore a todas las voces sin discriminación. Que sea institucional, que se procese por los mecanismos e instancias formales de nuestro Partido y que sea constructiva, para que prive ese ánimo  propositivo en todo momento entre nosotros.

En una de las primeras entrevistas radiofónicas en las que me cuestionaron respecto a los resultados que obtuvimos, declaré que lo consideraba como una derrota electoral mayúscula, pero que trabajaría para que nos se convirtiera en una derrota cultural.

La derrota cultural fue mayúscula, porque pasamos de ser gobierno federal a ser tercera fuerza en la elección presidencial y porque no hemos podido ampliar la base del apoyo, la afinidad política y la valoración y facturación de los logros de nuestros gobiernos en toda la mayoría de los ciudadanos, durante estos 12 años.

Yo asumo la responsabilidad por los yerros, por las equivocaciones y las omisiones que he tenido durante este tiempo, les manifiesto mi absoluta disposición a recibir todas las críticas con apertura y con humildad, también con un firme propósito de corregirlas.

Una de las mayores fallas que he tenido en esta responsabilidad es el no haber encontrado una manera adecuada de colaborar y de diferir con el Gobierno y con la campaña desde mi posición como presidente del Partido; por eso, la sinergia entre el Partido, el Gobierno, los gobernadores, los legisladores y alcaldes panistas es aún una asignatura pendiente.

Es frustrante, amigos, reconocer que hayamos llegado a esta contienda sin un respaldo mayoritario de los ciudadanos, que anhelaban un cambio de partido en el gobierno; es el colmo que el mismo PRI se haya presentado a la contienda como el partido del “cambio” y el PRD como el del “cambio verdadero”, cuando es evidente que ambos representan esas prácticas políticas clientelares, pre modernas, las cuales todos los mexicanos queremos dejar atrás.

Es frustrante reconocer que el PAN dejó de ser percibido como el partido del cambio, cuando ese es preciso nuestro anhelo fundacional; por eso, yo propongo que retomemos la agenda de la transición, la agenda democratizadora como eje rector de nuestra acción política.

La agenda que tiene como fin último construir un nuevo sistema de poder público, que regule esos poderes fácticos, que atempere a los gobernadores y que empodere a los ciudadanos.

Algunos podrán argumentar que acabamos de aprobar una Reforma Política, pero ese es precisamente el mejor ejemplo de lo que nos ha sucedido en estos 12 años. Nuestro presidente Felipe Calderón, sin duda, presentó una Reforma Política de gran calado, pero el PRI le suprimió la mayor parte del contenido reformador y dejó mínimos cambios que incidirán, excepcional e marginalmente, en el funcionamiento regular y ordinario del poder público en beneficio de los ciudadanos.

Quiero decirles que en estos 12 años nuestro país ha alcanzado logros extraordinarios en materia de infraestructura, de finanzas públicas y ha posibilitado la mayor ampliación de derechos y libertades, y oportunidades para la población en toda su historia. Lo paradójico es que los ciudadanos hayan votado por una opción política distinta a la nuestra ante esta realidad.

Nuestra tarea será encontrar las causas y las explicaciones verdaderas, debemos revisar qué es lo que ocurrió en una perspectiva histórica, amplia, con un análisis multifuncional que correlacione distintas variables; pareciera que esto no se alcanza a explicar solamente con los procesos de elección de nuestras dirigencias, de nuestros candidatos o con la depuración de nuestros padrones.

Por eso, yo veo riesgoso que nuestra reflexión la concentremos en una reforma de estatutos, cuando existen una serie de razones mucho más complejas que también debemos incluir en esta revisión.

Nuestros fundadores e ideólogos anhelaban llegar a gobernar a nuestro país para impulsar una nueva cultura democrática como forma de gobierno y sistema de convivencia.

Debemos preguntarnos si en estos 12 años hemos podido consolidar esta nueva cultura democrática o si, por el contrario, nosotros nos hemos asimilado a esa vieja cultura política, clientelar y autoritaria del viejo sistema, tanto en nuestro Partido como en nuestros gobiernos.

Hoy los gobernadores priistas que gobiernan desde hace 85 años sus estados, hoy los medios de comunicación que se han convertido en oligopolios con agenda política sin contrapesos, hoy los poderes fácticos que transgreden el marco legal; todos merman nuestra democracia y pervierten al sistema político.

Hoy, con nuestra forma de ser Partido en el gobierno, no hemos logrado ganar estas batallas contra el autoritarismo, la corrupción y el corporativismo, y por el contrario, en algunas ocasiones nos hemos mimetizado con ellas.

Hay quienes piensan incluso que sólo debemos aplicar bien los estatutos que tenemos, pero con tendencia ética y con una verdadera cultura democrática. Hay panistas que opinan que estamos sobre diagnosticados, hay quienes temen que si no actuamos con celeridad se nos pasa la oportunidad de impulsar los cambios en nuestra normatividad interna.

También hay quienes piensan que la situación es tan delicada que hay que avanzar sin prisas pero sin pausa, en un ejercicio más amplio y profundo que no se circunscriba solamente al resultado de esta jornada electoral, ésta será nuestra deliberación en esta reunión de Consejo Nacional.

Yo aspiro a presentar una propuesta que incluye y atienda todas estas preocupaciones. Es ahora cuando las palabras de don Efraín González Luna cobran mayor significado, Acción Nacional, ha puesto la inteligencia y el corazón, la vida toda para cambiar el signo de la vida y de la historia de México.

Acción Nacional no puede estar ligada a un episodio electoral nunca, soy consciente de la magnitud que tiene esta reunión de Consejo para el futuro del Partido y para nuestra política nacional.

Aquí tendrán lugar los debates que definirán el rumbo que tomará Acción Nacional en los meses y en los años por venir y nuestro reto será salir fuertes, unidos y con un rumbo claro, y a eso, yo los convoco.

El Partido Acción Nacional hoy es el Partido mejor evaluado ante los ciudadanos, tenemos un activo, en nuestro Partido los que han fallado no es el Partido sino que hemos fallado nosotros.

Debemos entender que este profundo ejercicio de reflexión sólo fructificará si nosotros lo hacemos vida, es decir, si logramos traducirlo cada uno de nosotros en práctica cotidiana, en práctica personal que dé cuenta que estamos poniendo la ética como un criterio preminente.

Finalmente, amigas y amigos, yo entiendo que este ejercicio sólo fructificará si lo acompañamos con esa recuperación ética, en nuestra acción política, con una definición clara de nuestra vocación con la democracia, pero también si refrendamos nuestro compromiso con la transición política, sé que los retos son muchos.

Pero también estoy consciente de que Acción Nacional como fuerza responsable y democratizadora saldrá adelante en su lucha para construir esa Patria Ordenada y Generosa que vislumbraron nuestros fundadores.

Muchas gracias.

Gustavo Madero

4 comentarios en “Mensaje al Consejo Nacional del PAN

  1. Es un orgullo que haya gobernado sólo por 12 años y que haya pasado la prueba de la crisis económoca mundial más agresiva de los tiempos modernos y salir adelante, con reservas históricas de más de 158 mil millones de dólares. Que se haya enfrentado con éxito la epidemia mundial de la influenza H1N1. Que El presidente Felipe Calderón se haya convertido en un estadista al combatir el narco y la delincuencia organizada, pensando en las nuevas generaciones y no en ganar las elecciones.
    Tan bien gobernó, que el PRI, tuvo que hechar mano de los recursos más bajos, para ganar las elecciones. ¡Qué triunfo tan amargo!

  2. hay mucho miembro activo que ya fue despedido de sus empleos como seles apoyara para crear sus propios empleos, ya que tambien se desgastaron economicamente en las campanas ya que ellos pagaron con su dinero los gastos y tiempo, ahora ya no tienen oportunidades de trabajo que se va hacer en lo que se recupera todo lo perdido, por que los lideres ya tienen cargos pluris por el buentrabajo de la militancia se debe actuar y no prometer para dentro de seis a&os

  3. AÑADIRIA, A ESTO EL QUE LOS CANDIDATOS NO SEAN IMPUESTOS,POR LOS FAMOSOS DEDAZOS! QUE SEAN ELEGIDOS, TANTO POR LOS MILITANTES, COMO POR LA CIUDADANIA , SIN IMPOSICIONES , Y QUE REALMENTE EXISTA UNA BUENA , COORDINACION DENTRO Y FUERA DEL PARTIDO. A L@S LIDERES COMUNITARIOS NO SE NOS ABANDONE,YA QUE SOMOS QUIENES TENEMOS EL TRATO DIRECTO CON NUESTRA COMUNIDAD ME PONGO A SUS APRECIABLES ORDENES, YO SIMPATIZO, DESDE SIEMPRE CON EL PARTIDO, QUE CONSIDERO, COMO MI PARTIDO

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